El Tesoro del Delfín, las joyas del Museo del Prado
Las alhajas de un heredero sin trono
El Museo del Prado conserva muchos tesoros, pero una parte de su colección lo es literalmente. Se trata del Tesoro del Delfín.
Fils de roi, père de roi, jamais roi lui-même (hijo de rey, padre de rey, jamás rey él mismo). Este popular adagio francés resume la vida de Luis de Francia, el Gran Delfín.
Su nacimiento en 1661 le situó inmediatamente como heredero de la corona de su padre Luis XIV, pero Luis no reinó nunca.
Sin embargo, dará dos reyes a Europa, su nieto Luis XV de Francia y su hijo Felipe V a España.
Tras su fallecimiento en 1711 parte de sus bienes fueron enviados a Felipe V. La parte más valiosa estaba compuesta por 698 piezas de orfebrería realizadas en cristal de roca, gemas, piedras preciosas y semipreciosas y metales nobles. Luis XIV mandó seleccionar 179 objetos entre los mejores para enviar a su nieto.
De este modo llegó a España uno de los mejores conjuntos del mundo de este tipo de piezas.
Objetos privativos del coleccionismo regio por su alto precio, que ejemplificaban en su excelencia y sus materiales las virtudes propias de un príncipe. Piezas antiguas o compuestas por artífices contemporáneos que incluyeron elementos medievales, bizantinos, romanos, persas y orientales.
Les proponemos entrar en la “cámara de las maravillas” de El Prado que conserva este tesoro que aún sorprende por su belleza, su riqueza material y los complejos valores simbólicos y metafóricos asociados al escenario de un rey.
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