Descripción
PROGRAMA DE ITINERARIOS CULTURALES «MADRID, CIUDAD PROGRESIVA»
Con el programa «Madrid, ciudad progresiva» nos proponemos rastrear historia, arte, cultura, geografías urbanas y humanas, presentes y pasadas, de nuestra ciudad.
Madrid es un poliedro de muchas facetas y, para conocerlo, es necesario desglosarlo por épocas, por barrios, por lugares representativos, y lo haremos progresivamente.
Medina emiral, villa cristiana, capital de Habsburgos y Borbones, ciudad castiza y moderna, poblada por los genios del Siglo de Oro o de las generaciones del 98 y del 27, alzada en armas el Dos de Mayo.
Madrid es tan diversa que para referirnos a ella hablamos aún de «los Madriles».
Una urbe reinventada tantas veces que hay que tomarla por partes para comprenderla, ese es nuestro objetivo con este programa.
Puede descargar el dosier general de este proyecto de Vademente cliqueando AQUÍ para conocer más.
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MADRID INDUSTRIAL III. DELICIAS, ENTRE TRENES Y FÁBRICAS
Desde mediados del siglo XIX el proceso de industrialización fue tomando asiento en España. El Liberalismo político había acabado con el Antiguo Régimen. Ahora le tocaba el turno a la economía y, en consecuencia, a la sociedad tradicional y a sus formas de vida.
Madrid no sufrió un proceso de industrialización tan agresivo como otras ciudades españolas, como Bilbao o Barcelona. Pero la industria local, heredera del artesanado tradicional, fue transformándose en moderna a través de la mecanización y los nuevos sistemas de trabajo.
Los viejos oficios se modernizaban en paralelo a los avances tecnológicos. Pero no era una cuestión de herramientas. Era un cambio estructural que incluía a las formas de vida, al consumo moderno, a los nuevos sistemas financieros y de comercio, a los nuevos medios de transporte. Un sin fin de elementos que iban alumbrado el mundo en el que hoy vivimos.
El crecimiento demográfico extraordinario que se produjo aumentó la demanda de todo tipo de bienes a todos los niveles sociales. También implicó el comienzo de los ensanches urbanos y la construcción de la nueva arquitectura que requería de materiales modernos, y en abundancia.
Si Madrid fue siempre una ciudad administrativa, de Estado, y no una metrópolis industrial proyectada a satisfacer una demanda nacional, si tuvo que atender a su propia demanda y a la de su área de influencia.
Además, como centro político y gran mercado urbano, necesitaba infraestructuras de transporte capaces de atender aquel trepidante mundo nuevo. El ferrocarril de contorno, entre la Estación del Norte y la de Atocha, transformó para siempre el paisaje sur de la ciudad.
El sur, donde siempre estuvieron las clases trabajadoras, que ahora ya podemos empezar a llamar proletarias, fue el lugar donde se mantuvo y evolucionó aquel mundo de artesanos y mercados de materias primas o manufacturadas de primera necesidad.
Si al norte de la Real Cerca crecían los ensanches de Chamberí, Arapiles o Argüelles, cuando la cerca del sur se derribó crecieron las fábricas, aparecieron los trenes y las grandes estaciones y viviendas de todo tipo, incluidas las más miserables.
Nuestra propuesta sobre el Madrid industrial de finales del siglo XIX y principios del XX tiene como escenario el territorio comprendido entre la Puerta de Toledo, Embajadores, Arganzuela y Delicias.
Un mundo de casas proletarias y poblados marginales, de fábricas pequeñas y medianas de todo tipo, de trenes y trajines, y fiel espejo de los terribles desequilibrios sociales que trajo aquella transformación, pero también de su progresiva mejora.
En nuestro tercer itinerario prestaremos nuevamente atención a las fábricas, en este caso algunos de los mejores ejemplos, pero ya situadas fuera del núcleo fabril primitivo. Había comenzado la transformación de este sector en barrio habitacional y las industrias iban abandonando una zona que, con el crecimiento de la ciudad comenzaba a ser más centro.
Si hay un protagonista esencial de este tercer recorrido es el tren. El barrio de Delicias recibe su nombre del paseo arbolado borbónico que prolongaba, hacia el Manzanares, el Paseo del Prado. Pero ha quedado modernamente asociado a la estación homónima, la Estación Sur o de Delicias.
Fue la primera gran estación moderna, con marquesina de hierro y vidrio, levantada en Madrid, y por su tamaño, la primera a gran escala de España.
Formaba parte de una línea férrea de circunvalación de Madrid que, desde la estación del Norte, rodeaba el fabril sur de la ciudad hasta Atocha.
Un recorrido entre trenes y fábricas por un barrio, Delicias, que terminará transformándose en zona residencial. Como consecuencia conserva un interesante patrimonio arquitectónico y cultural.
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