Descripción
GRANADA, SÓLO DIOS ES VENCEDOR
El visitante observador reparará seguro en un pequeño escudo que se repite insistentemente por toda La Alhambra. En una banda atravesada lleva escrito el lema de los nazarís: Sólo Dios es vencedor.
La tradición atribuye la frase a Alhamar, fundador del sultanato granadino y constructor de La Alhambra.
No queda muy claro cuándo lo dijo, si tras perder en Las Navas de Tolosa, o tras vencer en Sevilla junto a Fernando III.
La cuestión es que, en ambos casos, el islam fue derrotado por el cristianismo.
Entonces, ¿a qué Dios se refería?
Esta ambigüedad alimenta cierta esencia granadina. Una aparente oposición entre un pasado oriental, seductor y hedonista, y otro occidental, cristiano y piadoso.
Una dualidad asumida en Granada sin traumas, quizá porque los aparentes extremos siempre están más cerca de lo que parece, quizá porque, indistintamente de los calificativos, sólo el hombre, gracias a Dios, es vencedor.
UN ITINERARIO VADEMENTE
Granada es un paraíso perdido y recobrado sucesivamente, una ciudad fragmentada en ciudades, una en las alturas y otra terrestre, confluencia de cinco ríos, mitad en la Vega y mitad en la montaña, un híbrido entre Oriente y Occidente.
Nuestra propuesta pretende ahondar en estas dualidades tan opuestas como miscibles. Dualidades que marcaron la historia, la naturaleza, el urbanismo y el ingente patrimonio artístico de esta ciudad, protegido en buena parte como Patrimonio de la Humanidad.
Granada es una síntesis extraordinaria que sólo estando atento a su sutil geometría permite ser comprendida.
Para ello, en Vademente, fieles a nuestra filosofía de trabajo, hemos argumentado cada día como un acto del discurso que iremos construyendo para, parte a parte, comprender el todo.
Cinco actos a los que hemos llamado:
CONFESIONES / EVOCACIÓN / INVOCACIÓN / ALBORADA / PALIMPSESTO
CONFESIONES
En esta ciudad se reunieron las tres confesiones, musulmana, cristiana y sefardí, que determinaron nuestra cultura medieval.
Si en Toledo suele ejemplificarse su coexistencia bajo dominio cristiano, en Granada deberíamos hacerlo bajo dominio islámico.
Encuentros y desencuentros, yuxtaposiciones y superposiciones que, con mejor o peor acierto, dieron como fruto a una ciudad sin comparación posible, hija, finalmente, de todas las confesiones que por ella pasaron.
EVOCACIÓN
Por todo ello en Granada es fácil evocar para todos.
Esta ciudad es una y varias a la vez. Realidades fácilmente perceptibles si se compara el Albaicín, con el Realejo, con la Alhambra o con la ciudad llana asentada en la vega.
Algunas evocan más que otras una parte de su pasado, pero, en realidad, todos están presentes en todas.
INVOCACIÓN
En Medina Alhambra, la ciudad palatina de los Nazaríes, se invoca a Dios como vencedor como ya hemos señalado.
Allí, en las alturas, igualmente conviven los legados artísticos e históricos de unos y otros. Da igual a qué Dios se invoque, porque las tradiciones que allí confluyeron, Occidente y Oriente, invocaron una misma cosa: la belleza.
Decía Platón: si hay algo por lo que vale la pena vivir, es por contemplar la belleza.
Decía Mahoma: Lo bello es bueno y verdadero, por eso no deja lugar al tiempo, no se altera ni marchita, es esencia inmutable y como toda verdad, eterna.
Dice un poema de la Alhambra: ¡Oh tú que entras!, por Dios, detente y contempla el esplendor de esta maravillosa y perfecta belleza, donde la mirada es cautivada y la razón trabada. Yo soy el Jardín que la belleza adorna.
ALBORADA
El 2 de enero de 1492 la ciudad era rendida a los Reyes Católicos por Boabdil, último sultán nazarí. Al Ándalus había terminado.
En marzo, en la misma Alhambra, se firmaba el decreto de expulsión de los sefardíes.
En abril, en Santa Fe, Cristóbal Colón firmaba las capitulaciones que sentaban las bases de la expedición de ultramar.
El 12 de octubre el genovés llegaba a América.
1492 fue la alborada de un nuevo tiempo en nuestra historia, y la Granada cristiana será símbolo y ejemplo de aquel nuevo tiempo.
Otra ciudad más se sumaba a la anteriores, la «ciudad nueva», de calles rectas y amplias plazas, renacentista y barroca, las mismas que empezarían a levantarse en el Mundo Nuevo.
PALIMPSESTO
Granada es un pergamino escrito y vuelto a escribir muchas veces, un palimpsesto.
La «ciudad» más vieja de todas no está el llano, como la nueva, ni en las alturas, como la palatina, está encaramada por una colina, aunque en realidad no está claro, viéndola, si se encarama o se derrama.
El Albaicín es el espacio de la Ilíberis de los íberos, los romanos y los visigodos, la Garnata de Ziríes, Almorávides y Almohades, y, por fin, el de los alminares cambiados en campanarios, las mezquitas en parroquias y los palacios andalusíes en conventos.
Un resultado abigarrado, exótico, poético y ambiguo, donde trasmina la herencia de los pueblos que modelaron esta ciudad.
Carolina (propietario verificado) –
Un recorrido estupendamente diseñado por el equipo Vademente con el que pudimos disfrutar de la preciosa ciudad de Granada y de las magníficas y detalladas explicaciones de nuestro guía Diego Blanca que una vez más nos asombró con sus conocimientos y su extraordinario amor por lo que hace. En resumen un placer que recomiendo a todo aquel que le guste el arte y la historia.
Carmela Sanchez –
Un magnífico viaje a Granada a la altura de Vademente. Muy buena organización,insuperables las explicaciones de todos los lugares y recorridos. Diego sabe comunicar conocimientos y entusiamo.
Muy contenta por la convivencia del grupo y la puntualidad de todos.
El hotel muy céntrico y confortable y muy bien los restaurantes.
Un viaje muy intenso y muy bien aprovechado para vivir, sentir y conocer Granada como creo que solo se puede hacer con Vademente.
Es otra forma de ver y sentir la Historia y el.arte.
¡ Gracias Diego!
Gracias también a todo el grupo.
Laura Gutiérrez García (propietario verificado) –
Para nosotros era nuestro primer viaje con Vademente y nuestra experiencia no ha podido ser mejor. Tanto la organización del viaje, hotel, transporte, restaurantes, como su contenido cultural, la estupenda exposición de cada tema y los grandes conocimientos que ha exhibido en cada momento nuestro profesor Diego Blanca, nos han encantado y hemos aprendido un montón. También, por supuesto, el buen ambiente entre los integrantes del viaje, que nos acogieron desde el primer momento. Por todo ello, repetiremos. 👍👍👍