Descripción
PROGRAMA DE ITINERARIOS CULTURALES «MADRID, CIUDAD PROGRESIVA»
Con el programa «Madrid, ciudad progresiva» nos proponemos rastrear historia, arte, cultura, geografías urbanas y humanas, presentes y pasadas, de nuestra ciudad.
Madrid es un poliedro de muchas facetas y, para conocerlo, es necesario desglosarlo por épocas, por barrios, por lugares representativos, y lo haremos progresivamente.
Medina emiral, villa cristiana, capital de Habsburgos y Borbones, ciudad castiza y moderna, poblada por los genios del Siglo de Oro o de las generaciones del 98 y del 27, alzada en armas el Dos de Mayo.
Madrid es tan diversa que para referirnos a ella hablamos aún de «los Madriles».
Una urbe reinventada tantas veces que hay que tomarla por partes para comprenderla, ese es nuestro objetivo con este programa.
Puede descargar el dosier general de este proyecto de Vademente cliqueando AQUÍ para conocer más.
También te invitamos a ver el vídeo de presentación en nuestro canal de YOUTUBE.
MADRID EN TIEMPOS DE LOS AUSTRIAS
Cuando hacemos referencia al Madrid de los Austrias rápidamente evocamos la Plaza Mayor, la Plaza de la Villa, algunas callejuelas de sus alrededores y poco más.
Sin embargo, Madrid, cuando se convirtió en capital, se extendió como una marea sobre su territorio más inmediato.
En el siglo XVII la ciudad alcanzó los límites urbanos que mantendrá hasta mediados del siglo XIX.
Esos límites quedaron señados jurisdiccionalmente por la Real Cerca de Felipe IV. Este nuevo perímetro encorsetó un espacio urbano que se corresponde con todo el centro histórico de la ciudad, ese será el territorio que exploraremos, por partes, en nuestros recorridos sobre el Madrid de los Austrias.
Desde la Glorieta de Bilbao a la de Embajadores o desde el Palacio Real a Cibeles, Malasaña, Lavapiés, Chueca, Tirso, todo es Madrid de los Austrias.
Pero no hablamos de un espacio uniforme, las ciudades viejas yuxtaponen muchas capas.
Por ello, hay partes de ese Madrid de los Austrias que antes fueron el Madrid Medieval, o corresponden con zonas transformadas por los Borbones o en tiempos contemporáneos. Por ello, visitaremos y revisitaremos espacios, pero bajo el prisma de distintas épocas.
Hemos diseñado XIII itinerarios por este centro histórico definido en tiempos de los Austrias y habitado por los madrileños desde entonces hasta hoy. Pasado y presente nos saldrán al paso en todos ellos.
LOS BARRIOS NUEVOS
La llegada de la Corte a Madrid disparó de un modo desmedido su población y su caserío, la Villa se quedó pequeña.
En los primeros decenios, tras la llegada de Felipe II, el caserío madrileño saltó las murallas medievales por el sur y la cerca del arrabal por el norte y el este.
Se levantó una nueva cerca, pero poco reparo ofreció al problema porque en poco tiempo también quedó desbordada. No será hasta el reinado de Felipe IV cuando se perimetre el que será definitivamente el desarrollo máximo del Madrid de los Austrias. Exactamente el que tuvo hasta el siglo XIX.
Nacieron así los que llamaremos «barrios nuevos«. Espacios urbanos hijos directos de aquella expansión urbana que hace de Madrid una ciudad «inventada», creada no por un proceso histórico largo sino a partir de una voluntad política.
En estos barrios nuevos no hubo homogeneidad, pero si mucha presión inmobiliaria y especulación. Algunos barrios se trazaron con mayor regularidad y otros adaptándose al terreno. Pero, en general, se tiraron calles más rectas y se tendió a la cuadrícula.
Empezó a establecerse, y ha llegado hasta nuestros días, una progresiva sectorización social. El norte y el este quedaron en manos de clases altas y medias, tanto nobleza media como burguesía o profesionales. El sur se pobló de clases populares y, cuanto más cerca del Manzanares a la altura del Puente de Toledo, de trabajadores dedicados a actividades preindustriales.
MADRID DE LOS AUSTRIAS XII. DE SANTA BÁRBARA A LAS SALESAS
Nuevo itinerario por el Madrid de los Austrias en el que seguimos visitando los «barrios nuevos» del norte.
Concretamente, en esta ocasión, nos desplazaremos por el área comprendida entre la Glorieta de Alonso Martínez y el barrio de Chueca hasta las Salesas Reales.
La presión demográfica que se ejerció sobre el viejo Madrid villano cuando llegó la Corte fue extraordinaria.
Aunque el crecimiento de los nuevos ensanches urbanos fue muy rápido siguió un orden progresivo. Fueron expandiéndose hacía el sur, el norte y el este como una marea concéntrica a partir de los muros de la muralla y la cerca de los arrabales.
El oeste estaba ocupado por el valle del Manzanares por eso la ciudad creció hacia los otros tres puntos cardinales, pero siempre más hacia el este.
En consecuencia, el centro se fue desplazando en esa dirección. Es fácil de entender si enunciamos la secuencia de esa evolución: Plaza de la Villa, Plaza Mayo, Puerta del Sol y Cibeles – Puerta de Alcalá.
Este desplazamiento del centro hizo que los barrios del norte crecieran desde el sur hacia el norte y desde el oeste hacia el este. Es decir, desde la actual Gran Vía hacia los bulevares, y desde Plaza de España y la Glorieta de San Bernardo hacia Cibeles y Colón.
La Real Cerca de Felipe IV, a mediados del siglo XVII, puso límite definitivo a aquel crecimiento, aunque, ante un plano del centro histórico, aún son reconocibles esas oleadas sucesivas de crecimiento.
Precisamente, será en los límites del noreste de la Real Cerca por donde encaminaremos nuestros pasos en esta ocasión, entre el Portillo de Santa Bárbara y las inmediaciones de la Puerta de Recoletos.
A estos barrios más septentrionales llegó una presión demográfica muy amansada. Ello facilitó un caserío más desahogado que favoreció la presencia de casas más amplias, jardines y huertas.
Nuestro paseo se extiende por buena parte del barrio conocido, actualmente, como Chueca. Hoy es una zona de fama internacional pero bajo las capas del hoy exploraremos la del ayer, en busca de la historia del barrio.
Como zona periférica del norte, acomodó a un segmento de la población de la Villa y Corte que hoy calificaríamos de «clases medias».
Hubo palacios y conventos que se trufaron con las viviendas de profesionales, mercaderes y comerciantes. Su planimetría tendió al orden, pero nunca llegó a conformar una cuadrícula a pesar de sus calles son rectas y generalmente amplias.
Estas condiciones, y su situación al norte, favoreció que se viera permeado por la influencia de los nuevos ensanches contemporáneos del Madrid de finales del XIX y del XX.
Esto ha marcado una extraordinaria diferencia entre dos áreas de este barrio. Por un lado, el más cercano al modelo clásico de barrio histórico de Madrid situado entre las calles Augusto Figueroa y Fernando VI. Por otro, el que se extiende, con una trama de damero decimonónico, entre Fernando VI y la calle Génova. El monasterio de las Salesas Reales es un ejemplo pionero de la modernización de este sector de la ciudad en tiempos de los Borbones.
Dos realidades que exploraremos en este itinerario, entre el Madrid histórico y el contemporáneo, entre el Barroco y el Modernismo.
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